Niños
mueren como si Venezuela fuera un Estado
nazi
Dr.
Mario H. Concha Vergara*
El régimen venezolano,
presidido por Nicolás Maduro, un oscuro colombiano quien fungió como mozo de
Hugo Chávez F. (Q.E.P.D.), para luego ascender a cargos ministeriales y ser nombrado
como Delfín del Presidente Chávez, antes de su muerte, podría ser acusado de
crímenes de lesa humanidad si así lo quisiera la Asamblea Nacional de
Venezuela, cuestión, que aparentemente, no se atreven hacer.
Entre los principales
crímenes, además del encarcelamiento de políticos, periodistas, de torturas y, algunas desapariciones
forzadas, está la de la muerte de miles de bebés durante su mandato. Cifras
aberrantes y desconocidas por el pueblo venezolano pues nadie se atreve a
publicarlas, ni darlas a conocer en los medios de comunicación.
Desde que asumió Maduro al
poder, se vino complicando aún más la economía venezolana que ya venía en caída
vertiginosa a la muerte de Chávez. Eso significó la muerte de miles de niños
bebés y de madres parturientas por falta de recursos para la atención pre y pos
natal.
En lo que va del año, han
muerto más de 8 mil bebés que aún no cumplían el año de edad. Es decir, un 12%
más que en el año 2015. Estas muertes son culpa de la mala administración de la
salud pública, a la corrupción estatal que impide la llegada de insumos; es
más, se dice que en el Hospital Central
de Maracay , hace pocos días, despidieron
a una doctora por recibir medicamentos como donativos para los niños del retén
de recién nacidos.
La pésima gestión económica,
el robo de las divisas por parte de miembros del gobierno, ha impedido la
llegada de insumos a los recintos hospitalarios estatales. Es más, los
continuos apagones de la luz eléctrica, los diarios cortes de agua, la
incapacidad manifiesta de las autoridades de velar por la seguridad
hospitalaria, entre otras lacras, han permitido el asesinato masivo de niños
por negligencia, asesinatos que solo podrían ser comparados a los de la
Alemania hitlerista.
La negligencia es tan
grande, que en una incubadora colocan hasta dos bebés, los cuales muchas veces
mueren por falta de electricidad para mantenerles la temperatura y el
funcionamiento de sus aparatos médicos. A los recién nacidos, los ponen en cajas de cartón
(similares a las que se usan para envasar plátanos), alineados en los retenes
de recién nacidos o en los pasillos de los hospitales a la falta de estos.
La falta de agua, de desinfectantes,
de jabón, toallines, etcétera, han permitido que los bebés y las madres se
contagien con una serie de viruses y bacterias para las cuales no hay
medicamentos disponibles. Muchas madres han encontrado la muerte en estas mal
llamadas "maternidades" debido a la falta de recursos y ante la
impotencia de médicos y del personal paramédico. Esto es tan grave, que el The Wall Street Journal (19-10-16)
subtituló "Madres e hijos en Peligro", para referirse al drama
venezolano.
Los anterior, es sin duda un
gran crimen de lesa humanidad pues viola abierta y descaradamente los derechos
humanos de los pacientes que son libertad,
justicia, paz que en su conjunto crean los DD.HH. de los niños (y madres)
que es el derecho a la vida,
supervivencia y desarrollo, valores totalmente ignorados y negados por el
gobierno madurista, cuya violación flagrante se transforma en crímenes de Lesa
Humanidad, los cuales son imprescriptibles ante la ley internacional. Bastaría
que la Asamblea Nacional los denunciara ante el Comisionado de DD.HH. de la ONU,
para que se enjuiciara a todo el gobierno, incluyendo a Maduro.
* El autor es PH.D.
en Comunicación
Periodista
conchamh@gmail.com
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